Lo mejor de la llegada del adviento es que puedes encontrar roscón de reyes en cualquier establecimiento de alimentación. Diciembre es un mes que, además de un frío polar que cuartea los labios y enrojece las manos, trae consigo días cargados de luces, emociones y dulces de Navidad. Eso, y el eterno hilo musical que suena en cocinas y obradores: los villancicos. Ya sea Noche de Paz, el Burrito Sabanero o All I want for Christmas is You, de (la gran) Mariah Carey, la música navideña huele a azahar y sabe a fruta escarchada. Porque existen tantos dulces navideños como ideas, pero el roscón es único. Es celebración, familia, ilusión… Adéntrate entre las próximas líneas para descubrir la historia y curiosidades sobre el dulce más típico de Madrid en Navidad.
Roscón de reyes, el dulce perfecto para cerrar las fiestas navideñas. Y para abrirlas, mantenerlas, recordarlas…
El roscón de reyes, también conocido como rosca de reyes o, simplemente, roscón, es un bollo dulce adornado con fruta escarchada y, en ocasiones, con almendras y azúcar. En muchas ocasiones, se abre a la mitad y se rellena con nata o crema. Como sucede con otras muchas elaboraciones culinarias, su receta permite licencias e innovaciones como el cambio de relleno o la decoración. Ya no resulta extraño encontrar un roscón de reyes relleno de nata trufada o moca. El denominador común en todas su variantes es que su masa se aromatiza con agua de azahar, que proporciona al dulce un aroma muy característico que lo hace único.
Orígenes de la rosca de reyes
A pesar de ser un dulce navideño, su origen es pagano. Se dice que el roscón de reyes nace en España en el siglo II como ofrenda al dios Saturno. La festividad de «Las saturnales» se celebraba los días posteriores al solsticio de invierno, donde se agradecía al rey de los dioses más horas del sol al día. Los escritos hablan de una rosca bañada en miel y decorada con dátiles e higos.
A partir del siglo III, comienza la tradición de introducir un haba en el roscón. La persona agraciada con la legumbre seca pasaba a convertirse en rey de reyes. Se trataba de una gratificación simbólica de unos días que, además, iba acompañada de los simbolismos de la abundancia y la prosperidad. Con la caída del Imperio Romano, y la posterior llegada de la Alta Edad Media, toda fiesta de origen pagano es abolida en la Europa cristiana. Ello supuso la desaparición del roscón de reyes.
El roscón de reyes como símbolo de la Epifanía
Su vuelta al escenario estival no llega hasta el reinado de Felipe V en el siglo XVII. Su reaparición se presenta con cambios: los higos deshidratados son sustituidos por fruta escarchada, el haba ahora simboliza la mala suerte y, como novedad, se incluye una moneda de oro, que simboliza la abundancia y, a su vez, es un premio para quien la haya encontrado. Qué curioso resulta ver cómo la abundancia hace miles de años la daba la tierra y, unos siglos más tardes, los cofres de oro. Además, su elaboración tiene a partir de este momento connotaciones religiosas: pasa a consumirse el 6 de enero, Día de Reyes.
A pesar de que a lo largo de los años las sorpresas de su interior, así como sus ingredientes, han ido variando, la connotación de la abundancia y la buena fortuna siempre ha acompañado a este delicioso dulce (ahora) navideño. Si bien ya no encuentras monedas de oro, ahora su interior se esconden figuritas de carácter religioso. En ocasiones también pueden encontrarse símbolos de la abundancia, como conejos de pascua, u otras figuras random, como coches o personajes de ficción. Lo que sí se mantiene desde finales del XVII es la simbología del haba seca como señal de mala suerte. Es más, en las últimas décadas, quien encuentra en haba paga el roscón como castigo.
El roscón de reyes es un dulce de origen español, pero la tradición de comer roscón por el Día de Reyes se ha extendido a gran parte de América Latina, destacando México, y a países europeos como Italia, Portugal o Bélgica. Es un símbolo de la Epifanía, que marca el nacimiento de Jesús. Su forma de rosca representa las coronas de los tres Reyes Magos de oriente y del Niño Jesús, Rey de Reyes.
Cómo se elabora el roscón de reyes en la Escuela de Hostelería de FORMAEMPLEAN
Como decíamos, el roscón de reyes es un dulce que, a pesar de ser típico de Navidad, pega en cualquier época del año. No es como un polvorón, que en verano apetece menos que una ducha de agua caliente. Ya sea sin relleno para tomar con café, o cargado de nata y trufa para escogerlo como postre o merienda, en la Escuela de Hostelería de FORMAEMPLEAN contamos con la suerte de tener roscón de reyes todo el año. El Curso de Repostería Profesional cuenta en su programa con la elaboración del dulce más delicioso de las fiestas de la natividad.
Willy Sacristán, profesor de repostería en FORMAEMPLEAN, nos cuenta qué debemos tener en cuenta para la elaboración de un buen roscón de reyes. ¡Toma nota!:
- En primer lugar, sustituir parte de la sacarosa por jarabe de azúcar invertido.
- En segundo lugar, utilizar ralladuras de naranja y limón naturales. ¡Huye de productos procesado o artificiales!
- Finalmente, y lo más importante, es que, además de utilizar levadura fresca (la que compramos en supermercados), mezclar ésta con levaduras creadas. Lo ideal es fermentar la masa con levaduras creadas a partir de los organismos ambientales, pero este proceso puede demorarse hasta 10 días. Se trata de un proceso químico lento y controlado, en el que deben realizarse mezclas de harinas integrales con agua día a día. En cambio, realizando una mezcla de levadura fresca con levaduras creadas, aceleramos el proceso entre 5 y 7 días. ¡Más de la mitad del tiempo de espera!
Desde la Escuela de Hostelería de FORMAEMPLEAN os deseamos felices fiestas, y mucha suerte con la elaboración del roscón.