Al igual que sucede con enero, septiembre acostumbra a llegar cargado de propósitos y buenas intenciones. Entre ellos, los hábitos saludables. Los días de cañas y tapas dejan paso a comer sano, uno de las principales metas de en la lista de deseos para el nuevo curso. El síndrome postvacacional nos azota con la llegada de la rutina. Comenzar por establecer una serie de costumbres alimenticias que nos separe de los días estivales es un buen comienzo. A continuación, os presentamos una serie de ideas para comer sano después del verano.
No esperes un recetario para perder peso. ¡NO HABLAMOS DE DIETAS! Las siguientes recomendaciones no son más que una lista de propuestas para equilibrar nuestro cuerpo después de los merecidos excesos de vacaciones.
Aún hace calor: convierte a la ensalada en tu aliada
Aunque las ensaladas se consuman durante todo el año, y sean
una de las opciones más socorridas de la mesa, es cierto que son mucho más apetecibles
con la llegada de los meses más calurosos. Las vacaciones se han acabado, pero los
días de calor van a acompañarnos unas cuantas semanas. Aprovecha para convertir
la ensalada en tu plato principal a la hora de la comida.
No reduzcas la idea a la típica ensalada mixta que te
preside cada día tu mesa. Es posible que ello te conduzca a relacionarla con
dieta y, por tanto, pase a ser una imposición. Bastantes obligaciones tenemos
que asimilar después de vacaciones, como para que hacer dieta sea una de ellas.
Así que, juega con tu ensalada. Prepara platos que no tengas costumbre de
comer. Es una opción de probar nuevos sabores y de hacer de la ensalada un
plato más “divertido”.
Propuesta de ensalada para comer sano después de verano
Os traemos una ensalada de fácil elaboración que, además de
deliciosa, os proporcionará nutrientes, fibra y proteínas: ensalada de
espinacas y langostinos con piña, anacardos. El dulzor tropical de la piña
contrarrestará el amargor de la espinaca. Asimismo, el jugar con cuatro
texturas diferentes harán de tu ensalada un plato más interesante. Como aliño, prueba
con una vinagreta miel-mostaza.
Las cremas frías te permitirán una digestión menos
costosa en las cenas
A la hora de cenar, escoge alimentos de fácil digestión. Las
cremas frías son una excelente opción. Al estar pasadas por la batidora, tu
estómago no tendrá que trabajar tanto, lo que te ayudará a descansar mejor. Si
tienes que madrugar de nuevo, lo mejor es que tus horas de sueño no se vean obstaculizadas
por nada, y mucho menos por una cena pesada.
Propuesta de crema frio para comer sano después del
verano
Aprovecha el poco tiempo de vida que le queda a la sandía,
¡que luego te pasas el resto del año echándola de menos! Úsala como ingrediente
principal en una sopa acompañada por remolacha cocida, zumo de naranja y una
ralladura de jengibre. Como colofón de la sopa, una vez elaborada, añade una
cuchara sopera de yogur natural en el centro del plato. A cada bocado, mezcla
un poco de yogur con la sopa fría. La mezcla en paladar es deliciosa.
Si eres de las personas que se queda con hambre, prueba a incluir
como segundo plato un par de filetes de pechuga de pollo a la plancha. Así,
además de comer sano, aportarás un buen nivel proteico y vitamínico a tu cena.
Abandona los fritos y familiarízate con el uso del horno
Dejar de lado los fritos es una máxima que debería acompañarnos
durante todo el año, aunque sabemos que es el guilty pleasure de las
comidas. Si bien no puedes conseguirlo, mantelos a raya, al menos durante el mes
de septiembre. No solo le vendrá bien a tu línea, sino a tu salud
cardiovascular. El verano va de la mano de frituras de pescado, escalopes, tortillas
de patata, pimientos verdes fritos, patatas fritas y hamburguesas… Entendemos
que en este momento estés salivando con cada palabra. Nosotros, entre recuerdos
veraniegos y constante apetito, también lo hacemos. Por eso, ponles freno a los
fritos, aunque te cueste, durante unas semanas. Es hora de que tu cuerpo
descanse de tu descanso.
Una opción para abandonar los fritos es familiarizarte con
el uso del horno. Prueba a cocinar la versión asada de todo aquello que echas a
la sartén: patatas, pollo, verduras… Bien condimentados con especias estarán
cargadas de sabor. No caigas en el error de pensar que una versión sana de tus
comidas favoritas no hará bailar a tus papilas gustativas.
Agua, fibra y proteínas como base de tu dieta acompañadas
de pastas y arroces integrales
A la vez que reseteas tu cuerpo en cuanto a alimentación se refiere, tienes que darle al play de vuelta a la rutina. Pasar de una hamaca a la orilla de la playa a luchar entre trenes por llegar al trabajo, y hacer tus ocho horas reglamentarias, es duro, lo sabemos (créenos, lo sabemos). Se trata de un cambio repentino que no solo afectará a tu mente, sino a tu cuerpo. No es el momento de hacer dietas estrictas que te dejen débil. Necesitas un cuerpo cargado de energía que te ayude a superar el mes de transición entre las vacaciones y tu vida. Comer sano después del verano debería ser una imposición, y no una recomendación, para nuestra salud.
Los hidratos de carbono no son el enemigo
Los hidratos de carbono son gasolina para el organismo. ¡No los
dejes de lado! Solo necesitas escoger bien los tipos de hidratos que consumes.
Opta por hidratos de carbono complejos integrales, tales como arroces, pastas y
legumbres. Añádelos a ensaladas si aun no te ves con ganas de pucheros. Ignora las
dietas que los prohíben, y solo asegúrate de tener presente una abundante hidratación,
que ayudará a drenar tu cuerpo, fibra extraída de la fruta, y proteínas cárnicas
y de las propias legumbres.
Sigue estás recomendaciones para cuidar tu cuerpo en
septiembre. Para todo lo demás… ¡Ánimo y suerte!